viernes, 23 de octubre de 2009

PRONOSTICO - TERAPEUTICA

PRONOSTICO

La supervivencia de los pacientes con cirrosis hepática compensada (enfermos que nunca han presentado ascitis, hemorragia digestiva o encefalopatía hepática) es relativamenteprolongada. La mitad de estos enfermos están vivos 10 años después del diagnóstico. Sin embargo, una vez que la cirrosis se ha descompensado, el pronóstico es maloen un corto período de tiempo La probabilidad de supervivencia 3 años después de la descompensación de la enfermedad es de alrededor del 30%. Las causas más frecuentes de muerte son la insuficiencia hepática, la hemorragia digestiva, las infecciones y el cáncer primitivo de hígado. La única medida terapéutica que se ha mostrado plenamente eficaz en mejorar el pronóstico de la enfermedad es el trasplante hepático. Existen evidencias de que la supresión del alcohol en los pacientes con cirrosis hepática alcohólica pro-longa la supervivencia.


TRATAMIENTO

En este apartado sólo se estudia el tratamiento de la cirrosis compensada, pues los correspondientes a la encefalopatía hepática, la ascitis y la hipertensión portal se ex-ponen en los capítulos correspondientes.

El cirrótico bien compensado debe seguir una dieta libre y equilibrada, en la que sólo hay que prohibir la ingesta de alcohol. El reposo en cama no es necesario y debe indicarse el desarrollo de una actividad física moderada. Hay que prohibir la ingesta de medicamentos como el ácido acetilsalicílico o derivados y los barbitúricos o tranquilizantes, por el peligro de producir hemorragias digestivas los primeros y encefalopatía hepática los segundos.

La administración de los denominados “protectores hepáticos” carece de utilidad. Puede ser eficaz la administración de vitaminas B y C, de las que a menudo existe una carencia subclínica, y de ácido fólico en caso de anemia megaloblástica.

La diátesis hemorrágica por hipoprotrombinemia no suele responder a la administración de vitamina K, ya que no se debe a una carencia de ésta, sino a un déficit de su síntesis. No obstante, si existe ictericia, cabe ensayar su administración. La astenia y la anorexia pueden tratarse con pequeñas dosis de anabolizantes. Cuando la cirrosis es el resultado de una hepatitis crónica autoinmune deben utilizarse glucocorticoides, preferentemente en asociación con azatioprina, si se comprueba la existencia de actividad clínica, biológica y morfológica de la enfermedad. Un estudio reciente sugiere que la administración prolongada de colchicina, que disminuye la síntesis de colágeno y aumenta su destrucción, mejora la supervivencia de los pacientes cirróticos. Sin embargo, se requiere la confirmación de estos resultados antes de recomendar dicho tratamiento.

El trasplante hepático es una opción terapéutica que debe considerarse en todo paciente con cirrosis hepática avanzada. Las indicaciones de trasplante hepático en estos pacientes incluyen: encefalopatía hepática crónica o recidivante, ascitis con retención intensa de sodio, retención de agua, insuficiencia renal y/o signos de trastorno hemodinámicas grave (hipotensión arterial) hemorragia digestiva por varices esofágicas sin respuesta al tratamiento médico y endoscópico, signos de insuficiencia hepática avanzada (ictericia, hipoprotrombinemia acusada) e infecciones bacterianas graves, como bacteriemia o peritonitis bacteriana espontánea (una vez solucionado el episodio infeccioso).

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